Encuentro con la incertidumbre. Entrevista a Constanza Pellicci

Encuentro con la incertidumbre. Entrevista a Constanza Pellicci

Fotografía de Lucía Rubiolo

En un presente de incertidumbre y riego, tal vez sean de provecho las reflexiones de les artistas más exploradores.  Nos pareció entonces interesante poder hacerle preguntas sobre su presente a Constanza Pellicci.

Constanza es una artista transdisciplinar nómade, que desarrolla obras desde el canto, la performance, las artes escénicas y la escritura. Aborda la improvisación buscando ampliar las posibilidades de la voz y los vínculos entre diferentes estímulos sonoros y conceptuales, desde una estética y una erótica de la voz en un sentido compositivo singular.  

Le preguntamos varias cosas, y generosamente accedió a reflexionar y respondernos por escrito sus respuestas, las cuales compartimos ahora con todes.

Sos muy activa siempre, y el año pasado tocaste mucho, grabaste discos, mantuviste varios proyectos en simultaneo, como el dúo con Máximo Endrek, el dúo con Paula Schocron, y a la vez ensayar y accionar con Las O. De repente todo cambió, y ya no se podía seguir haciendo lo que estabas haciendo junto a otres o al menos no de la forma en que acostumbrábamos ¿Cómo viviste esos primeros meses de la cuarentena, como pensaste alguna forma de seguir creando o compartiendo creación junto a otres de otra forma que no sea la música?

La mayor parte de mi trabajo es en relación con otres y la improvisación es el modo más frecuente. Me interesa la posibilidad de trabajar en las fronteras de lo que estoy acostumbrada a hacer, eso me entusiasma mucho y me abre puertas desde donde articular mi trabajo con diversas personas y espacios del arte. Disfruto especialmente de hacer música y performances en vivo, incluso en estos años lo hice mucho más de lo que hubiera imaginado que podría hacer. Creo que la experiencia física y afectiva de covibrar con otres es algo extraordinario, que implica que quienes participamos compartimos un encuentro simultaneo con la incertidumbre, con lo abierto. Y así nos damos la oportunidad de desorientar las significaciones habituales, podemos construir otros sentidos desde la escucha. Esto es lo que más me ha interesado compartir como experiencia artística en los últimos años. Nunca me propuse crear obras como productos cerrados, prefiero compartir un recorrido. 

La decisión de grabar discos de improvisación ha estado motivada por la distancia geográfica con artistas con quienes he colaborado y por el deseo plasmar la sonoridad de un encuentro. Estas experiencias de grabación con Renzo Filinich, Paula Shocron y Nosiempre Trío –Máximo Endrek e Ignacio Roulet- han sido un gran impulso para continuar grabando, algo que es bastante nuevo para mí. 

Actualmente en este contexto de crisis sanitaria, hacer música en vivo con otres se volvió imposible y esta circunstancia me llevó por varios estados durante el distanciamiento. Al comienzo estaba entre enojada y frustrada por tener que suspender proyectos en los que venía trabajando que implicaban viajes, ciclos y conciertos muy importantes para mí. El tiempo pasó, fui aceptando la pausa y pude entender la dimensión y la gravedad de la pandemia. También me dí cuenta de que lo experimental y la improvisación se habían trasladado de la música a mi vida cotidiana, entonces pude escuchar otras posibilidades que se fueron presentando y me he dedicado a trabajar en algunas ideas que no tenía previstas. Estoy grabando junto a Berenice Llorens y desarrollando una colaboración con Gustavo Alcaráz. Continuamos trabajando con el grupo Las O en una reflexión continua sobre nuestra práctica docente y también iniciamos un dúo con Ives Romero. Por otra parte, estoy en un proceso de escritura a cuatro manos con Susana Gamarra -que hace mucho tiempo nos debemos- y experimentando una serie de colaboraciones audiovisuales junto Sebastián Duran. Varias cosas en simultáneo y a la distancia que no hubiera imaginado y que a la vez me generan mucho entusiasmo. 

Fotografía de Luciana Rubiolo

Hasta ahora no sentí deseos de hacer conciertos de improvisación vía streaming, pero si he disfrutado de este emergente como la posibilidad de conocer un circuito de propuestas de experimentación y acceder a conciertos de artistas que considero referentes, dentro del campo de la improvisación, que de otro modo hubiera sido muy difícil. Este movimiento de streaming mundial abre la posibilidad de participar de propuestas que llegan desde lugares muy distantes y es muy valioso. Es parte de la paradoja del distanciamiento, podemos acceder a lo que está lejos y no podemos encontrarnos con los que están cerca. Un nuevo espacio global se está consolidando en lo virtual y es muy interesante, queda por ver cómo disputamos la posibilidad de participar en la toma de decisiones en el orden de lo territorial y más próximo.  

Este modo de vivir nos puso en una situación de experimentación e improvisación general, lo cual es bastante problemático porque no lo elegimos y no podemos determinar cuándo y cómo salir de aquí, tampoco sabemos realmente quién experimenta con qué. Intento pensar e imaginar que este parate traerá algunos movimientos necesarios en la sociedad; ya que tenemos la posibilidad de ver con más claridad lo arbitrario en lo dado y pensar en otros modos organizar nuestras prácticas cotidianas, lo cual me entusiasma e inquieta a la vez.  

En este tiempo me encontré de frente a mis hábitos y deseos con mucha más contundencia, tal vez necesitaba parar para ver algunas cosas y no me había dado cuenta. También pude descasar -vale aclarar que puedo vivirlo con cierta calma y como un descanso porque no vivo del arte y tengo mínimas condiciones materiales, como un trabajo docente más el apoyo de mi familia que hacen una pausa posible, mi situación es de cierto privilegio. Necesitamos encontrar alternativas a la precariedad de las condiciones en las que trabajamos y vivimos como artistas. Hay mucho por repensar y transformar en el campo del arte, insiste la pregunta por el lugar le damos al arte en la cultura y en la sociedad. 

Hace poco compartiste dos nuevos lanzamientos de discos, primero en marzo salió espacio adentro de una perla, un disco producto de una colaboraciones con Gustavo Alcaraz y después ahora en Julio salió Pequeño kimono un disco de Marmotas Dream´s, proyecto que tenés junto a Berenice Llores. Contanos como se dio la colaboración con Gustavo, y cómo salió la idea de sacar material nuevo con Berenice.

Con Gustavo venimos trabajando desde el año pasado en un laboratorio de interfaces, del que participamos con el grupo Las O -dirigido por Clelia Romanutti- más un trío formado por Gustavo Alcaraz, Julio Catalano y Franco Pellini. Ese fue un proceso interesante en muchos sentidos porque habilito un diálogo entre dos tradiciones de trabajo con la experimentación en Córdoba. Por un lado, un grupo independiente de artistas mujeres -cantantes, bailarinas y actrices- que trabajamos principalmente desde el cuerpo y la voz, y que venimos moviéndonos en la periferia de los espacios culturales de la escena local. Y por otro, un grupo de músicos hombres -especializados en composición, electroacústica y programación audiovisual- con cierta trayectoria dentro de la Universidad y otros ámbitos legitimados de la música experimental. Esta experiencia resultó enriquecedora en cuanto nos permitió ejercitar y pensar posibles colaboraciones. Se dio un dialogo muy valioso y necesario en miras a articular dos modos de hacer en el arte que no siempre se han dado reconocimiento mutuo.  

A raíz de esta experiencia, un día le hice una consulta técnica a Gustavo en relación a una obra en la que estaba trabajando y él me ofreció su colaboración con mucha generosidad y apertura. Fue un proceso muy divertido y estimulante el que compartimos. Luego continuamos trabajando en otras ideas que surgieron de ese primer intercambio y en eso andamos, construyendo un territorio híbrido entre nuestros recorridos, tirando del hilo de lo posible y de las ganas de contagiarnos y de reflexionar sobre nuestros modos de hacer. 


https://constanzapellicci.bandcamp.com/album/espacio-adentro-de-una-perla

Con Berenice hace dos años que tenemos un dúo que se llama Marmotas Dreams, es un proyecto muy querido y que tiene vida propia. Cada vez que nos encontramos e improvisamos en vivo la música fluye como si la supiéramos desde siempre. Este tiempo nos vino muy bien para darnos la oportunidad de concretar un proyecto de grabación que venía bastante postergado. Apenas se flexibilizo un poco el aislamiento comenzamos a encontrarnos para grabar una serie de piezas breves que se llaman Voyaje, de las que Pequeño Kimono es la primera entrega, pronto estaremos compartiendo las siguientes.  

Estos dos proyectos tienen en común el interés por pensar en otros formatos de circulación de la música grabada diferentes al disco, en cuanto a la duración y a ciertas características. Ya desde espacio adentro de una perla -que fue una pieza concebida para una instalación en una muestra de artes visuales- estoy pensando en los formatos y las posibilidades de circulación de la música que hacemos en otros ámbitos. El surgimiento y la proliferación de programas de radio dedicados a la música experimental ha sido una linda sorpresa y una invitación a continuar trabajando en este sentido. 


https://constanzapellicci.bandcamp.com/album/peque-o-kimono

Si bien cuando vos cantas no usas practicante efectos, no rechazas el uso de tecnología. Usas redes sociales, trabajaste y trabajas siempre junto a gente del noise, y por charlas que hemos tenido sé que aprecias muchos el trabajo de la gente de CAJA Laboratorio móvil. Hoy cuando mucho de lo que hacemos está mediado por las redes, las plataformas, nuevamente se alerta sobre el uso de las tecnologías. ¿Qué penas cuando escuchas esos llamados de alerta?

Todo lo que hacemos esta mediado por la técnica y la tecnología, incluso al cantar en vivo de manera acústica y desenchufada. Las técnicas y las tecnologías son una parte fundamental del arte. Lo que hacemos como artistas es elegir qué técnicas colaboran y retroalimentan una poética o cierta búsqueda estética y cuáles no. Si pienso en la situación actual, donde las redes y plataformas son el soporte principal desde el cual compartimos nuestro trabajo, creo que estamos en una situación muy acotada, tenemos que construir vías de escape. Las redes y plataformas acotan demasiado las posibilidades técnicas y poéticas que tenemos y además van desintegrando la dimensión de encuentro en lo público, que es algo muy importante en el arte. Pienso que poder encontrarnos, salir de casa y del entorno más próximo de lo cotidiano para hacer algo con otres que sea excepcional o conmovedor, es poder habitar un borde.  

Siento también que hay un aparato ideológico que ya viene andando en discursos y dispositivos desde hace tiempo y que ha tomado mucha fuerza actualmente. Consignas, que hoy son parte de un sentido común como, por ejemplo, que somos solidarios aislándonos, que tenemos que poder hacer solos desde nuestras casas y con nuestros recursos, que podemos y es deseable tener el “control” sobre lo que hacemos y que la ciencia y la estadística tienen una verdad sobre nuestras vidas a la que debemos obedecer. Son postulados muy fuertes y un poco peligrosos porque ponen en riesgo la vida en común y la vida singular. Creo que a estas ideas tenemos que discutirlas y es ante este avance que tenemos que estar alertas.  

En cuanto a la técnica y a la tecnología me interesa más bien pensar que componen una trama compleja que se va ampliando y diversificando, donde las tecnologías antiguas, analógicas y corporales pueden coexistir y vincularse con los desarrollos digitales más sofisticados. Me interesa mucho más poder pensar en anacronismos, desplazamientos, compostajes y superposiciones antes que, suponer que el cambio tecnológico implica una temporalidad lineal y progresiva que lleva a la caducidad a las tecnologías previas. Pienso que mientras mayor sea la diversidad de medios y potenciales experiencias sensibles que generemos como artistas, más complejas, diversas y multidimensionales serán nuestras experiencias en el mundo y apuesto por eso. 

Fotografía de Agus Otonelli

Además de hacer, también te das tiempo para la escucha, y la mirada sobre el hacer de otres artistas de Córdoba. Me interesa saber qué viste y escuchaste en estos meses.

Estos meses me dediqué a leer, escribir y ver muchas películas principalmente, ha sido un tiempo nutritivo. También pude articular algunas lecturas y pequeños cruces con poetas de Córdoba en el marco del Diccionario de escritoras, un proyecto de difusión de escritoras latinoamericanas muy interesante. En cuanto a la música lo que me llamó la atención fueron dos espacios de circulación de música experimental, que he seguido y que me interesan porque lograron dar lugar a una diversidad de propuestas y se han ido consolidando en este tiempo. Una de ellas es el Streaming Fest, organizado por Ciclo Ruido y Tvlrec que tiene una programación muy variada e interesante y otro es Radio CASo, del Centro de Arte Sonoro de la Casa del Bicentenario, este me interesó especialmente por la diversidad de propuestas que alojan, atendiendo también a dar lugar a artista mujeres y últimamente han comenzado a abrir el enfoque hacia un plano federal, lo cual es un paso muy importante y novedoso para un espacio cultural radicado en Buenos Aires.  

Por último, hoy el sector de la cultura y el arte está en crisis. ¿Cómo te imaginas que debería ser apoyado el sector o que cosas consideras útiles de pensar hoy sobre ese tema?

Creo que tenemos que encontrar la manera de alimentar la transversalidad, dejar de pensar a la cultura y al arte como ámbitos y prácticas aisladas. La dimensión cultural es lo que articula todo lo que hacemos en el mundo y en ese sentido las políticas culturales son y deben ser fundamentales porque posibilitan tanto la cohesión como la diversidad en lo común. Actualmente están pasando cosas graves en Córdoba, a las que no estamos pudiendo dar respuesta. El cierre de espacios culturales como Bataclana, L´ecole y el ahogo en el que se encuentran las salas, artistas y gestores independientes es realmente preocupante. Creo que la ausencia de políticas culturales con capacidad de articulación y la precarización del trabajo en el arte y en la cultura es una situación muy seria y a la que nos hemos habituado, pareciera que estamos en condiciones de ver esto con mayor claridad ante la emergencia. 

Pienso que, si seguimos valorando a la cultura exclusivamente en términos de mercado y de industria del entretenimiento sería interesante por lo menos, intentar pensar que entretener antes que divertir o pasar el rato, podría también significar sostenernos entre varios. Entretener es también entre-tenernos. Creo que la pregunta por cómo sostener y crear vínculos, articulaciones, redes y contacto para entre-tenernos es, en este momento de avanzada de la distancia y el aislamiento, un movimiento importante y contracultural; como lo es también, dejar de pensar en productos y objetos de consumo cultural para empezar a hablar en términos de trabajo en una trama ¿Dónde pondremos el valor? Tenemos un desafío enorme.  También pienso que no tengo idea de cómo hacer, ni qué decir, solo la sensación de una incertidumbre ilimitada que me da cada vez más vértigo. Quiero pensar que somos creativas y encontraremos algunas posibilidades, siempre aparece una o más en el camino. 

https://constanzapellicci.bandcamp.com/
Fotografía de Lucía Rubiolo

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