Con discos no es aislamiento

Con discos no es aislamiento

Un recorrido personal por algunos discos que le pusieron música al encierro.

Cuando se ha consumido ya más de la mitad del año, el hábito trastocado por la impuesta y obligada reclusión empieza a manifestar lentamente un sedimento. Es la recurrencia de músicas y sonidos que, sin proponérselo, han ordenado con algún sentido, al menos personal, al menos auditivo, los meses de catástrofe. Me refiero a algunos discos que consiguieron ocupar en el espacio íntimo un lugar destacado para hacer que el tránsito del aislamiento obligatorio se aleje siquiera un poco del desamparo y la orfandad. No es cosa fácil para una música destacar entre el ruido incesante que desató una cuarentena que, presentada como un parate generalizado, resultó la explosión veloz de un tiempo de intensidad inusitada. Doble mérito, entonces, para estas músicas.

Vamos aquí a hablar de discos. La cuestión no es menor para alguien que, como quien escribe, está acostumbrado a hablar de discos como esos objetos circulares que antes de hacer vibrar el aire con frecuencias, ocupan necesariamente un espacio visible. El aislamiento obligó a cambiar el orden y en algunos casos hasta prescindir del objeto. El disco puede ya no ser circular, pero esto sólo acentúa su carácter esencial de ser, en definitiva, un concepto. Para ser arte tiene que tener una forma: el disco es ese límite que lo contiene, una manera de darle a lo hecho el carácter de creación. Y esta es otra cuestión que destaca: la voluntad de creación que persiste en medio del derrumbe. Un motivo más para ponderar y agradecer que en esta etapa estos discos hayan llegado a nuestras manos (o, más bien, a nuestros oídos).


Pablo Socolsky: La forma inicial

Pablo Socolsky editó La forma inicial (piano solo)

Vamos entonces a hablar de algunos discos y la oportunidad de su escucha como antídoto al desastre. Esperada fue la llegada de La forma inicial, primer disco de piano solo de Pablo Fernando Socolsky, integrante del trío Suárez/Socolsky/Suárez junto a Mariano y Fermín Suárez en trompeta y contrabajo respectivamente. Grabado en dos sesiones, concedidas casi como un regalo para sí mismo por el propio Socolsky, el disco viene a reafirmar un lenguaje que el pianista ya ha convertido en característico en cada intervención musical, sobre todo como parte del trío. La soledad parece ser el terreno más propicio para que se desarrolle a fondo este lenguaje, caracterizado por los silencios y la ejecución relajada, serena y precisa que deja grandes espacios para que prolifere la escucha. Esta misma soledad se diluye en una red de referencias, desde el título del álbum tomado de Ricardo Piglia o el primer tema que remite al filósofo Byung Chuy-Han. Las composiciones e improvisaciones propias dejan espacio también para un par de exquisitas versiones de Ornette Coleman y Paul Motian. La lentitud aplomada de la música de Socolsky oficia de manifiesto contra la saturación que a la fuerza caracteriza en muchos aspectos a la etapa. Tenía que venir un médico (Socolsky lo es) para proponer un tratamiento y enseñarnos, en plena pandemia, que la música es salud.

AQUÍ ENTREVISTA CON PABLO SOCOLSKY SOBRE LA FORMA INICIAL


Carlos Casazza Quinteto

Ligado artísticamente en muchos aspectos al disco de Pablo Socolsky, apareció también a través del mismo sello, BlueArt Records, radicado en Rosario, el nuevo álbum de Carlos Casazza. A diferencia de La forma inicial, que reivindica la soledad como situación de creatividad, el álbum de Carlos Casazza presenta un quinteto que reúne a Sergio Wagner en el flugel, Inti Sabev en clarinete, Juan Pablo Navarro en contrabajo y Carto Brandán en batería. El disco no necesita más título que la etiqueta de esa formación. La idea de reunión atraviesa la actitud compositiva del disco: reivindicar la compañía que permite la fluidez de un lirismo musical propio. Así, se puede escuchar la voz de las guitarras de Casazza en los distintos acentos que tiene la creación, liberada de los géneros y alimentada de los matices de lo específicamente musical.


Wenchi Lazo: Embudo

Wenchi Lazo: Embudo

Otro aire en la guitarra suena en el álbum Embudo  de Wenchi Lazo. La soledad vuelve a aparecer, esta vez en un formato que permite la polifonía y la simultaneidad de voces del instrumento. Lejos del alarde, pero sin escatimar la exposición de un menú de posibilidades sonoras, Wenchi Lazo presenta la música del disco como “improvisaciones con guitarra eléctrica, dos guitarras eléctricas, distorsionador, filtro y delay de 1 segundo”. Él mismo firma además como encargado de la grabación, la masterización, la producción, y el diseño y foto de tapa. A través de 12 improvisaciones de duraciones y sonoridades diversas, el disco no sólo explora un campo de posibilidades que llaman a la minuciosidad de la escucha, sino que en esa exploración desarrolla su trabajo de creación musical. Lo que encuentra, lo encuentra porque lo busca. Pero lo esencial es que eso que encuentra no estaba allí antes de iniciar el proceso de búsqueda y exploración. En ello radica el fundamento creativo de la música y el arte. En Embudo Wenchi Lazo pone en primer plano la experiencia sensible del sonido, haciendo que la música ocupe todos los espacios, como una materia ubicua que permite estar donde no se puede estar, superando el aislamiento que impuso el contexto.

AQUÍ WENCHI LAZO EN LA NOTA AZUL


Sanjurjo-Garvie-Edelman: En vivo en Cuerda Mecánica

Sanjurjo-Garvie-Edelman: En vivo en Cuerda Mecánica

Recuperando al jazz como una música de contacto y sumergiéndose en su tradición para saltar fuera de sus límites, el trío integrado por Julia Sanjurjo  en voz, Valentín Garvie en trompeta y flugel y Nataniel Edelman en piano, lanzó a comienzos de julio un disco que registra una presentación del 13 de septiembre de 2019 en el Centro Cultural Cuerda Mecánica de Buenos Aires. El álbum encuentra hoy su oportunidad de significar y darle materia sonora a la nostalgia del vivo. No podía ser el jazz una música para quedarse en casa. El trío recrea con soltura pero sobre todo con aguda creatividad un repertorio formado íntegramente por standards que suenan como extraídos desde el fondo de cada grieta que permite la ejecución musical y buscan penetrar así de profundo también el cuerpo de quien escucha. “Una gran melodía es un milagro” escribe Michaël Attias en las notas del álbum y un milagro siempre es algo nuevo. 


Apalap! de Oscar Giunta Supertrío! y No me digas loco de Sergio Verdinelli

Esperada fue también la aparición de Apalap!, primer disco del Oscar Giunta Supertrío!, grabado en Nueva York junto a Hernán Jacinto en piano y Flavio Romero en contrabajo. El trabajo sostenido durante mucho tiempo por Giunta al frente de su trío ha dejado un álbum que suena tan ajustado y perfecto que hace justicia a tanta espera. Por su parte y como líder de un trío que completan Ernesto Jodos en piano y Mauricio Dawid en contrabajo (aunque, más que completan, dan forma y sentido), otro baterista, Sergio Verdinelli, encontró en su álbum No me digas loco un terreno musical propio y una manera de hacer fluir y manifestar su trabajo compositivo. Protagonista desde la batería en muchos discos de jazz (y de otros rubros), puede decirse que en este disco logra de una manera más integral expresar un lenguaje personal, que no se avergüenza de nutrirse de la creatividad de sus acompañantes. Las variaciones de intensidades y tiempos son parte de este lenguaje y le dan a la música del álbum el carácter de un balanceo que permite pasajes frenéticos, inclinados abiertamente sobre el lado free.


Camila Nebbia: Aura

Camila Nebbia: Aura

Sobre ese costado de libertad se levanta de forma explícita la producción de la saxofonista Camila Nebbia que acaba de lanzar a través del sello ears&eyes Records su álbum Aura. La música, escrita y ejecutada frente a un grupo grande integrado por nombres de importancia específica, propone una indagación profunda en las posibilidades de la improvisación colectiva y en esa propuesta hace avanzar a Camila Nebbia en las búsquedas de su trabajo compositivo. Componer y dirigir para que la improvisación y la libertad exploten parece ser la premisa que orienta lo que suena en Aura.


La Big Nant + Cecilia Pahl: Camino y selva

La Big Nant + Cecilia Pahl: Camino y selva

Si de grandes grupos hablamos, referencia merece además La Big Nant, big band formada por el trompetista y percusionista Richard Nant, y en la que militan también algunos de los músicos que grabaron Aura, como la propia Camila Nebbia y el baterista Axel Filip. La Big Nant junto a la cantante Cecilia Pahl editó este año a través del Club del Disco un álbum dedicado a la música del misionero Ramón Ayala. Camino y selva es un disco que reafirma el caudal creativo que significa la música del litoral y que, felizmente para algunos, resuelve el dilema entre escuchar jazz o escuchar chamamé.


Michael Sarian y otra improvisación de Shocron-Parker-Díaz

Completando este decálogo mencionaremos dos producciones más. Por un lado el disco Aurora del trompetista canadiense-argentino Michael Sarian, lanzado también a través del sello ears&eyes Records. Al frente de su cuarteto New Aurora, que forma junto a Santiago Leibson en piano, Marty Kenney en contrabajo y Dayeon Seok en batería, Michael Sarian se expone en Aurora en un formato acústico que lo pone en primer plano, no solamente como compositor sino también en la ejecución del flugel. Por otra parte, y tomado casi arbitrariamente de ese excelente catálogo que compone Nendo Dango Records (desde donde La Nota Azul ya reseñó el lanzamiento de Motor), es bueno hacer que suene Live at Ibeam, registro de un concierto en Brooklyn en septiembre del año pasado a cargo de Paula Shocron en piano y voz, Pablo Díaz en batería y percusión y William Parker en contrabajo y explorando las trompeta y tuba pocket.


Este minúsculo recorrido propuesto es a la vez personal y caprichoso. No pretende ser un balance ni una escala de valores ni podría tampoco serlo. Justo cuando lo que ocupa la agenda es lo que va a venir, no nos corresponde ponernos a hacer un balance. Pero sí podemos reivindicar un sonido o intentar reconocer lo que una música traduce para desatrofiar la percepción. Y dejarla actuando allí, persistente, casi como un documento o más bien la evidencia del triunfo del arte y la creación por sobre la atrocidad enfermiza del barullo y el silencio sin voluntad.

Franco Boczkowski


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